LA GENUFLEXION

En la edad media los caballeros al ser armados como tales o al presentarse ante su señor, se inclinaban ante él mediante una genuflexión. Igual que podemos observar en la actualidad, según el protocolo ante el Rey o la Reina las personas hacen una genuflexión y les besan la mano.
De ahí nace la costumbre de los cristianos de hacer la genuflexión ante el Rey de reyes y Señor de señores.


¿Qué es la genuflexión?
Es un acto de adoración, aquel que se debe sólo a Dios, por ello se reserva sólo ante la Eucaristía.
¿Cómo se hace una genuflexión?
Se adelanta como medio metro el pie izquierdo sobre el derecho, y baja la rodilla derecha hasta que toque el suelo (cerca de tu pie izquierdo). Hazla siempre mirando hacia el Sagrario, aprovecha a decirle al Señor que le quieres (porque lo que estás haciendo es un gesto de cariño hacia El). No la hagas con precipitación, sino despacio.
¿Cuándo se hace?
Siempre que pases por delante del Sagrario (es conveniente que al entrar en la Iglesia busques el lugar y desde lejos o acercándote la hagas); al comenzar y al terminar la Misa si el sagrario está tras el altar mayor; durante la Misa siempre que haya pasado la consagración y tengas que cruzar de un lado al otro del altar; también se hace el Viernes Santo ante la cruz, ya que ese día no hay Eucaristía, porque no hay Misa.